Al vacío

Y caer.
Sin miedo.
Sintiendo el aire rozando
mi cuerpo.

Y volar.
Sin alas ni frenos.
Solo precipitarme.

Y por una vez,
no pensar en el desastre.

Decir lo que pienso.
Y que nadie hable.
Que todos callen.
Que no hayan respuestas.
Solo hablar al aire.

Y que las palabras se vayan.
Igual que a mi llegaron.
A otras lenguas, bocas y labios.
A dónde sea.
No importa dónde acaben sino 
hasta dónde llegan.

Así liberarme.
Sin importar nada.
Ni nadie.

Olvidar el yo constante.
Y dejar de ser por un instante.
Hasta perder la conciencia de la identidad y
aprender a vivir sin el peso de
ser alguien.
Del que siempre esperan algo.
Pero nunca le espera nadie.

Sería algo así como saltar al vacío.
Sin paracaídas que te salve.





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