Siempre me quedará
Cada vez que vuelves a mi recuerdo, te escribo a ti. Y a veces se vuelve una constante.
Otras sin embargo una recurrente.
Te siento tan cerca, estando siempre tan lejos. Me encuentro contigo constantemente y no sé cómo reaccionar. Sé que formas parte de mi y que no podré arrancarme ese pedazo de mi cuerpo. Demasiado profundo, demasiado recóndito.
Pienso en Cronopios y famas, en si alguna vez lo llegaste a hojear. O lo dejaste en la estantería con los demás. Si lo tiraste. ¿Qué hiciste con él?
En este tiempo he perdido la cabeza, lo que llevo puesto está vacío.
No sé cómo lo hago, no quiero indagar en las casualidades que me anudan con más fuerza a tu recuerdo. Llevo días viendo el libro de una tal Dulce Chacón en la biblioteca. El libro era fino y de tapa dura, sencillo y bonito. De titulo atractivo. Las letras del lomo brillaban porque eran doradas. Pues eso que lo he cogido y me lo he leído, como si fuera la única cosa que tuviera que hacer. Lo cierto es que tenía los ingredientes necesarios para engancharme: breve y nada pomposo. Me lo he leído. Una mañana me ha bastado para acabarlo. A medio día me ha aparecido en Instagram una publicación de otro libro suyo. El móvil ha espiado la foto que he hecho al terminarlo. Esta tarde he cogido otro: Blanca vuela mañana. No lo he leído. Me he asustado. Este libro sí llevaba sobrecubierta y al abrirlo he visto esa minintroducción biográfica sobre la autora.
Vuelvo a ti. De bruces. ¿Cómo?
No entiendo aunque he dejado de cuestionarme, pero no te voy a mentir: hay días en los que lo vuelvo a hacer.
Tu chispa fue capaz de desatar un incendio.
Tal vez estas sigan siendo chispitas o mi inconsciente que no quiere renunciar
23
Comentarios
Publicar un comentario