En primera persona

Valencia está tan distinta.
Y yo que no soy la misma, paseo sobre calles que ni recuerdo. Fruto de la metamorfosis o del paso del tiempo. Me doy cuenta de que lo que tengo en mi cabeza, no se corresponde con lo que veo. Una mera ilusión de algo que una vez fue cierto.

He vuelto a pasar al lado de la piscina y tampoco es como la conocía. Las paredes ahora son blancas y ya no hay peces colgando del techo. Me parecen de ficción, las secuencias que hay en mi cabeza (esas a las que nostálgicamente llamo recuerdos). Y sigo mi camino a casa.

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