efectos colaterales

vengo a hablar de mi dolor y no puedo hacerlo. 

Quiero y deseo desprenderme de lo que me hace daño pero no puedo. No sé por qué, lo protejo y lo encierro. He conocido a muchas personas sensibles, empezando por mi, que se doblan ante el sufrimiento. Pienso que lo que he vivido me ha hecho débil porque cada vez tengo menos fuerzas para sobreponerme al dolor. Me prometí la felicidad como si fuera la tierra que merezco. Sin embargo, esa tierra no existe. Solo tengo esto, lo que soy. Hoy estoy triste porque el dolor con el que convivo, me recuerda que está aquí. Dentro de mi. Y me siento sola y estoy cansada de sentirme sola pero la soledad es lo único que conozco.

He tratado de buscar mil maneras para aliviar el dolor, pero he asumido que solo desaparecerá con mi muerte. Sé que el tiempo solo suaviza cómo me he sentido y pensaba que al romper con el espacio donde sufría, iba a ser totalmente libre, pero no.  Me siento libre pero no lo soy. Pasa el tiempo y no consigo superar las humillaciones que viví. Me he dado cuenta que hay """juegos de niños""" que duran toda una vida. He pasado de ser una niña rota a una mujer mosaico y es más de lo que habría soñado. Me consuela que he aprendido a quererme, sin saber nada de lo que es el amor propio. Aunque en mi caso, he aprendido a quererme porque me han querido. Me han tenido que querer, estando rota, para que yo viera que podía ser querida. Nací con ojos y acabé ciega, no sé cuántos años tenía pero no muchos cuando los cerré para no verme más. En la oscuridad todos son monstruos. Yo también lo era, en la oscuridad y también, en la luz. No encajaba y los monstruos, no son dignos de ningún lugar. Escribí con 16 años un poema comparándome con esa criatura y lo recité en el colegio, mucha gente aplaudió. Estaba pidiendo ayuda y solo obtuve una ovación. Estaba pidiendo ayuda, a gritos. Era una criatura pero no un monstruo. ¿Acaso no había ningún adulto capaz de encender la luz?

 (Nadie lo hizo)

Me he dado cuenta de las secuelas cuando me enfrento a situaciones. Me doy cuenta de lo que persiste cuando aparece el miedo. Le prometo amor a mi soledad. Quiero amor como si fuera la salvación a mi soledad, pero solo es una profecía. Solo tengo amor por mi soledad porque es lo que conozco. Tuve que quererla porque crecí sola y humillada. Sola y humillada. Sola y marginada. Sola. Apartada. Sola. Enajenada. Sola y obsesionada con morir. Sola, siendo una niña, que solo le preocupaba cuándo morir. En cualquier momento podía aparecer y yo estaba preparada para entregarme. Ahora me doy cuenta de que eso era solo un analgésico, yo solo quería vivir y la idea de la muerte me aliviaba. También la de desaparecer. Pero yo quería vivir, supongo que por eso sigo aquí . Aunque me siento presa en mi cuerpo adulto, a veces sangrante, de un testimonio que es el del dolor. El mío. Lo trato de lavar con terapia pero no se va.  He asumido que hay daños irreparables porque existe la memoria de ese dolor. No hace falta que se acuerden los demás, yo solo quiero olvidarlo y no puedo. A veces me arrastra a mi, mujer mosaico, para ver a la niña rota que intento reparar. Aparece como si pudiera volver a esa infancia gris pero no puedo hacer nada, porque ella ya no existe. Estoy yo que soy ella pero sin serlo. Ella es un recuerdo al que me toca abrazar. Me queda abrazarme. Sola, conmigo. 

Comentarios

Entradas populares